Follando con Sexy Modelo
Una caliente noche en la capital mexicana. Me fui a un motel en el centro y ahí conocí a esta linda modelo que estaba registrándose para pasar la noche allí también. Ella era española, de unos 25 años, con ese físico impecable que dan las modelos. Pelo largo y castaño, ojos oscuros y una sonrisa sexy que me hizo sentir deseoso en cuanto la vi. Nos sentamos a charlar un poco mientras tomábamos unas cervezas y hablando nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común. Discutimos sobre nuestras profesiones, nuestra vida en general y nos reímos de muchas cosas hasta que decidimos dejar los temas serios para pasar a algo más caliente. Me fui a mi cuarto y ella se ofreció a acompañarme. La seguí hasta su habitación y ahí empezamos a besarnos. Su cuerpo era tan sexy, sentía cada centímetro de ella como si fuera mío, como si lo tuviera todo para mí. Le quité la camisa y ahí descubrí unos pechos perfectos, un escote que parecía haber sido diseñado por el dios del sexo. La besé en ese lugar mientras mi mano exploraba cada detalle de ella hasta llegar a sus senos. Los acaricié con mis manos, primero uno y luego el otro, pasando los dedos por todo su pecho. Ella gemía de placer, se estremecía entera por dentro pero seguía besándome con fuerza. Ahí noté que tenía un cuerpo tan sexy, era como si hubiera sido diseñado para ser tocado por mí. Puedo sentir sus ganas creciendo, puedo saber exactamente lo que ella quiere en ese momento. Entonces decidimos irnos a la cama y allí seguimos con nuestros besos, seguidos de caricias que nos llevaban cada vez más hacia un clímax inminente. Nos quitamos la ropa con prisa hasta quedarnos desnudos, ahí empezamos a follar. Era como si fuera el día del juicio final para ella. Se retorció entre mis brazos mientras yo la besaba, acariciaba y la hacía gozar más allá de lo posible en ese momento. La miré a los ojos y le dije que era la mujer más sexy y linda que había tenido nunca. Ella se rió y me contestó que ya estaba empezando a ser una especialidad para mí, las modelos españolas. Me sentí orgulloso de poder ofrecerle eso, sentirme tan conectado con ella en ese momento era increíble. La miré mientras seguía follando y ahí supe exactamente lo que quería en ese momento, hacerla gozar más allá de lo posible. Le di un último abrazo antes de entrar yo también al clímax final del orgasmo. Me sentía exhausto pero tan feliz después de haber hecho a esta modelo española tan sexy y linda como la había visto, conocerla y disfrutar de su cuerpo en ese motel de CDMX.