Le di a mi novia’s amiga el mejor masaje mientras su novia casi nos descubría follando

Una noche con dos hermosas mujeres, una experiencia que nunca olvidaré. Mi amiga y yo nos conocimos hace tiempo, pero hasta entonces no habíamos pasado un momento a solas juntos. Una velada tranquila en su apartamento se convirtió en un encuentro casual de amistad, masaje y sexo. Empecé el día con una sesión de masaje para relajarla después de una larga jornada laboral. Mi habilidad manual despertó sus sentidos y ella se relajó mientras mis dedos trabajaban sobre su piel. La atmósfera se hizo más íntima, y mi deseo por ella creció con cada toque. Después del masaje, nos dirigimos al sofá para charlar un rato. Hablamos de nuestras vidas, de nuestras amistades y nuestras pasiones. El ambiente se volvió acogedor y nuestra cercanía fue notando un cambio. Fue entonces cuando decidí dar el siguiente paso. Me senté a su lado y la abracé con cariño. Mis labios besaron los suyos en un beso profundo, apasionado. Ella no se opuso; más bien, respondió con igual intensidad. Nuestra pasión creció con cada momento que pasábamos juntos. La habitación se volvió acalorada mientras nuestras manos recorrían cada centímetro de piel desnuda. El deseo compartido nos llevó a buscar el placer en brazos del otro. La noche fue larga y llena de experiencias que nunca olvidaré. Dos cuerpos, una pasión desbordante y un momento de intimidad compartida con mi amiga mientras mi novia dormía a pocos metros de distancia. Esa noche aprendí la importancia del secreto y el placer de vivir en el presente sin miedo al mañana o al ayer. La experiencia me enseñó que el sexo puede ser más que una necesidad, puede ser un acto de amor y conexión cuando se hace con alguien que nos gusta.